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desde 1936
En 1936, nació la Confederación Nacional Católica de Educación en Bogotá, gracias a la visión inspiradora de Monseñor Ismael Perdomo, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia. Esta iniciativa surgió de la colaboración entre los Arzobispos y Obispos del país, con el propósito de salvaguardar y fortalecer las escuelas católicas, elevando sus estándares pedagógicos y pastorales. Desde entonces, la Confederación ha trabajado incansablemente para mejorar la educación católica, guiada por el compromiso y la visión compartida de líderes eclesiásticos en todo el país.
CONACED
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Misión
Somos una corporación colegial de carácter evangelizador en lo pastoral, pedagógico y gremial, con sentido social, fundada por iniciativa de la Iglesia Católica al servicio de la educación colombiana.
La Federación CONACED Antioquia pretende ser reconocida como la agremiación educativa líder en el sector privado colombiano, con un sistema de gestión integral de calidad en prestación de servicios pastorales, pedagógicos y gremiales, incorporando en nuestros procesos la normativa vigente como soporte del mejoramiento de nuestras instituciones.
Visión
Presidente
Osvaldo Cano Torres
Asistente Administrativa
Elizabeth Agudelo Restrepo
NA
SG-SST
NA
Laura Maria Merchán Caro
Pastoral y Comunicaciones
Paola Andrea Pérez V
NAC
ED
Elizabeth Agudelo Restrepo
Serv. Generales
Maria Liliana Osorno
El equipo de CONACED Antioquia se distingue por su profundo humanismo y su compromiso ejemplar en la labor evangelizadora a través de la educación. Su enfoque se centra en cultivar los valores éticos y morales en nuestra comunidad, guiándolos hacia un desarrollo integral. Con una dedicación inquebrantable, este equipo no solo transmite saberes, sino que también inspira con su ejemplo de servicio, empatía y solidaridad, convirtiendo cada aula en un espacio de crecimiento espiritual y social.
NA
Pbro. Osvaldo Cano Torres
El equipo de CONACED Antioquia exhibe una capacidad excepcional para gestionar con humanidad en todos sus aspectos. Desde la administración de recursos hasta la resolución de conflictos, cada decisión se toma considerando el bienestar integral de la comunidad educativa. Su enfoque colaborativo y compasivo permite establecer relaciones sólidas basadas en el respeto mutuo y la confianza. Además, demuestran una notable sensibilidad hacia las necesidades individuales de los estudiantes, brindando apoyo personalizado y fomentando un ambiente inclusivo donde cada miembro se siente valorado y comprendido. Esta capacidad de gestión con humanidad no solo fortalece el tejido social dentro de la institución, sino que también inspira a otros a seguir su ejemplo en la búsqueda de un mundo más justo y equitativo.